El frío llega con nevadas, heladas y muchas sorpresas que a los conductores no les hacen mucha gracia. Una de ellas son las placas en la carretera que se forman con las bajas temperaturas y hacen que conducir con hielo sea algo habitual en determinadas zonas del país.
Hay que hacerlo con mucho cuidado, manteniendo una velocidad suave y con más atención que nunca en la carretera, como cuando toca conducir con nieve. Para evitar que te pille de sorpresa y te encuentres en una situación así sin saber cómo actuar, te damos algunos tips si te toca coger el coche y hay hielo en el asfalto.
Consejos para conducir con hielo
Si estás leyendo este artículo, seguro que vives en una zona de inviernos secos y de temperaturas muy bajas. Sobre todo, a primera hora de la mañana, donde quedan resquicios de las frías noches. En uno de los lugares donde más lo vas a notar -además de en tus manos y nariz congeladas- va a ser en la carretera.
Puede que te encuentres con placas de hielo en el asfalto, que te van a obligar a utilizar mayor atención al volante. Después de quitar el hielo del parabrisas, es el momento de enfrentarse al hielo de la carretera. ¿Cómo? ¡Atento!
- Conduce despacio. Más allá de los límites de velocidad que marque la Dirección General de Tráfico, lo recomendable es que reduzcas todo lo que puedas la velocidad. Más vale llegar un poco tarde o tener que salir antes de casa que un accidente por desviarte de la carretera.
- No frenes bruscamente. Si puedes evitar frenar encima de una placa de hielo, hazlo. Pero si por el contrario necesitas parar tu vehículo y hay hielo en el asfalto, hazlo de forma muy suave. Imagina que se producen aglomeraciones en la carretera por la nieve y el hielo y terminas por conducir en un atasco. No es algo raro, seguro que te ha pasado antes. En estos momentos, evita pisar el pedal del freno de forma brusca y opta por la suavidad en tus movimientos.
- Acelera de forma suave. De la misma manera, en el momento en el que tengas que volver a arrancar o pisar el pedal del acelerador, hazlo con calma. Los neumáticos pierden cierto agarre con la carretera cuando se encuentran con una placa de hielo, por lo que necesitan más tiempo para moverse. Pero no pises el acelerador de forma abrupta, porque entonces podrás correr el riesgo de perder el control del vehículo. Así que acelera de forma muy suave y con calma. Respira y a seguir con tu camino con tranquilidad.
- No hagas movimientos de volante muy acusados. Totalmente ligado con los consejos anteriores, te recomendamos que no muevas el volante de forma muy brusca. De forma natural, los vehículos tienden a recuperar la posición inicial cuando se produce un cambio de dirección. Por eso, si se produce un cierto desliz sobre el hielo, no gires el volante con fuerza y deja que sea el vehículo por inercia el que retome su posición inicial. De lo contrario, podrás perder la estabilidad y el control del vehículo.
- Respeta la distancia mínima de seguridad. Ya no solo con el coche o vehículo que tengas delante. También con los vehículos de tus laterales. Intenta mantenerte en el centro de tu carril todo lo posible y quedarte a más de metro y medio del vehículo de delante. Así te asegurarás de que si tu coche sufre una pequeña sacudida sobre el hielo no afecte al resto de conductores y podáis sufrir un impacto.
- Utiliza las cadenas de nieve si lo consideras necesario. No siempre las vas a necesitar. Sobre todo, si estás en una zona en las que las nevadas no son muy habituales y ha sido algo puntual. Sin embargo, si viajas a zonas de puerto de montaña o de altitud elevada, ten en mente las cadenas y ponlas si fuera necesario. Aumentará el agarre de los neumáticos con el asfalto, facilitando así la conducción en terrenos nevados o helados.
- Viaja preparado. ¿Preparado? ¡Eso es! Más allá de las cadenas de nieve, te aconsejamos que lleves el depósito lleno, por si te toca quedarte un tiempo parado en carretera. Así que antes de salir de viaje, pasa por alguna de nuestras estaciones de servicio si te caen cerca para repostar y llevar el depósito al máximo. De darse esta situación, podrás mantener la calefacción encendida para evitar que el frío se haga un hueco en el interior del vehículo.
Si te toca conducir con hielo en la carretera, recuerda estas tres ‘C’: calma, cuidado y cadenas si fuera necesario. Seguro que así se queda como una anécdota que contar cuando llegues a tu destino y aunque lo pases mal durante unos instantes en la carretera, llegarás sano y salvo.