Estamos más que acostumbrados a escuchar el término rendimiento del motor cuando se anuncian nuevos vehículos en el mercado. ¿Pero sabemos exactamente lo que es? Entender el funcionamiento de un vehículo y cómo se especifican ciertos elementos de la mecánica, ayudan a comprender cómo llevar a cabo un mantenimiento del vehículo más óptimo.
El rendimiento del motor es la relación entre la distancia recorrida y la cantidad de litros de combustible consumidos para este recorrido. En un sentido más técnico de la palabra “rendimiento”, es la relación entre la potencia de salida y la potencia de entrada. Es decir, aquí entra en juego la pregunta de cuántos litros de gasolina por kilómetro o diésel consume un vehículo.
Si hablamos del funcionamiento de un motor de dos tiempos o de un motor de cuatro tiempos, el rendimiento del mismo es una métrica fundamental para entender cómo actúan. De la misma manera, el rendimiento de un motor eléctrico nunca va a ser igual que el rendimiento de un motor de combustión. En el caso del motor eléctrico, el rendimiento se entiende como la capacidad del motor de convertir la energía eléctrica en energía mecánica.
El rendimiento del motor no es siempre el mismo, ya que depende de diversos factores, ya sean internos o externos a la conducción. Un coche de grandes dimensiones requerirá un mayor rendimiento del motor que un vehículo más pequeño. Ocurre algo parecido con las motos, ya que no pesan lo mismo ni tienen el mismo tamaño que un vehículo de cuatro ruedas.
También dependerá de la ruta en la que se esté conduciendo y en el lugar. Conducir por ciudad no es lo mismo que conducir por carretera. El vehículo necesita unas prestaciones u otras dependiendo del tipo de conducción. En la ciudad, los semáforos protagonizan el recorrido en su gran mayoría, y puede que te encuentres en la situación de tener que conducir en atascos. Sin embargo, en carretera, los adelantamientos y los límites de velocidad de la DGT marcarán el viaje.
El rendimiento del motor se puede medir de forma directa y de forma indirecta. En la medición directa se calcula mediante la potencia de entrada y la potencia de salida desde el eje del motor. Sin embargo, en la medida indirecta del rendimiento del motor, entran en juego las pérdidas del motor.
Un motor puede tener pérdidas eléctricas, magnéticas, mecánicas o adicionales en carga.
El rendimiento de un motor se mide mediante distintas pruebas que llevan a cabo los fabricantes de vehículos antes de su salida al mercado. Dependiendo de la procedencia del vehículo, los fabricantes deben seguir una norma u otra de actuación.
Existe la norma europea IEC 60034-2-1, la norma estadounidense IEEE 112 y la norma japonesa JEC 37. Cada una de las normativas internacionales vigentes debe cumplir unos requisitos mínimos para determinar de forma óptima el rendimiento del motor.
De esta manera, dependiendo de qué norma se utilice para medir el rendimiento del motor, este será uno u otro, con variaciones que pueden ser significativas. Por eso, es importante que si estás haciendo la comparativa de dos vehículos y tienes en cuenta el rendimiento, realices una medición equivalente de uno y otro.
Ahora que nos hemos adentrado un poco más en el funcionamiento de un vehículo y en el rendimiento del motor, te recordamos la importancia de su mantenimiento. Tener el motor en perfectas condiciones, permitirá que tu conducción sea más cómoda y segura. Lleva tu vehículo al taller Midas Cesáreo Alierta para que puedan comprobar el estado de tu vehículo en una revisión ordinaria.