A la hora de hablar de los distintos carburantes que existen hoy en día en el mercado actual, nos encontramos con varios productos derivados de un mismo barril de petróleo. No obstante, siguen existiendo dudas sobre la diferencia entre algunos de ellos. Es el caso, por ejemplo, de la siguiente pregunta: ¿es lo mismo gasoil y diésel? ¿Existe alguna diferencia entre ambos?
No te preocupes, no es una pregunta descabellada y que mucha gente se hace, porque nos encontramos en un mundo muy amplio en el que hay millones de conceptos por entender. Tranquilo, porque esta pregunta tiene una respuesta muy fácil y sencilla que vas a acabar entendiendo ya mismo.
La respuesta es: sí. Tanto diésel, como gasoil y gasóleo, son formas de denominar un único producto derivado del petróleo. Ambos términos se refieren al carburante cuyo origen se remonta al año 1892, nada más y nada menos, de la mano de Rudolph Diésel.
Se utilizan las dos formas indistintamente, pero debes saber que el término correcto, si ponemos el foco de atención en la historia, es gasoil o gasóleo. ¿Por qué se utiliza diésel entonces? Porque Rudolph Diésel, inventor alemán al ya hemos mencionado, inventó en 1892 un motor diésel que funcionaba con gasoil como combustible.
Por eso, se ha normalizado el término diésel para referirse a este tipo de carburante, pero no hay mayor diferencia. Aunque si nos pusiéramos quisquillosos, habría que aclarar que el producto derivado del petróleo es el gasoil o gasóleo y que el diésel es un tipo de motor que funciona con este combustible.
Por eso, cuando hablamos de tipos de diésel en el mercado, podemos hablar también de los distintos tipos de gasóleo o gasoil. El término diésel está patentado de hecho, ya que este tipo de motor se inventó con la finalidad de mejorar la eficiencia de la máquina de vapor. ¡Y tanto que lo hizo! Logró incluso hacerse un hueco en la automoción privada hasta hoy en día, cuando la duda entre diésel o gasolina sigue atormentante a muchos nuevos conductores.
De la misma forma que la gasolina sin plomo ni aditivos: directamente del tratamiento del crudo mediante distintos procedimientos. Hablamos, por supuesto, del refinamiento del petróleo y de la destilación del petróleo.
El diésel es uno de los elementos pesados que surgen de estos procesos y que posteriormente se trata por separado hasta conseguir productor lo que llega a nuestras estaciones de servicio y que utilizas para repostar tu vehículo diésel. A diferencia de la gasolina, no se mezcla con etanol para el resultado final, pero sí se utilizan ciertos aditivos para mejorar su calidad y permitir que la eficiencia del motor sea la máxima.
Una vez destilado y tratado, en función del uso que vaya a tener ese diésel, tendrá unas cualidades u otras. No es el mismo gasoil el que se utiliza para los motores de los vehículos, y que puedes encontrar en nuestras instalaciones sin problemas, que otro tipo de gasóleo. Los tractores y maquinaria agrícola utilizan el denominado gasóleo bonificado o gasóleo B y para la calefacción se utiliza otro tipo completamente diferente.
Por supuesto, no es recomendable, ni legal, utilizar los distintos tipos de diésel o gasoil de forma indistinta. En concreto, el gasóleo B tiene ciertas regulaciones y leyes cuyo último objetivo es controlar quién consume este tipo de carburante y para qué lo utiliza.
En los últimos años, se ha puesto toda la atención posible en la creación de un diésel más amigable y respetuoso con el medio ambiente: el biodiésel. Es un carburante sintético obtenido a partir de aceites vegetales o grasas animales y en la actualidad, cualquier tipo de diésel que encontrarás para repostar en tu estación de servicio cercana incluye un porcentaje de biodiésel.
Tras le nuevo etiquetado de la gasolina y el diésel, lo que podrás repostar es el diésel B7, B10, B20, B30 o B100, en función del tipo de vehículo que conduzcas. Esa B hace referencia al biodiésel, mientras que el número especifica el porcentaje de este biocarburante que incluye el producto final.
Es una apuesta segura hacia un parque automovilístico más limpio y respetuoso con el planeta, porque solo tenemos uno y hay que cuidarlo todo lo que esté en nuestras manos. Por eso, si tienes un vehículo diésel o estás pensando en hacerte con uno de ellos, no dudes en revisar bien el manual del fabricante para comprobar qué tipo de biodiésel admite el motor de tu vehículo.